‘Miguel Delibes y Diario de Burgos’
Exposición organizada por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y Diario de Burgos que recupera las colaboraciones que el periodista y escritor vallisoletano realizó en este rotativo entre los años 1956 y 1960. Esta iniciativa se enmarca dentro del programa cultural relacionado con la lengua y la literatura que la Consejería de Cultura y Turismo desarrolla anualmente a través del ILCYL, como entidad dependiente de la Junta de Castilla y León. Programada con motivo del centenario del escritor vallisoletano, recrea igualmente los estrechos vínculos que unieron a Delibes con el municipio burgalés de Sedano, convertido en refugio del autor, espacio en el que alumbró algunas de sus obras y personajes más reconocibles.
La relación de Miguel Delibes con Diario de Burgos se asienta en las colaboraciones mensuales que realizó durante cinco años en calidad de articulista, publicadas siempre en la contraportada del periódico, escritos que se alternaban con otras grandes firmas del género como Julio Camba o Francisco de Cossio. Cuando Delibes inició su relación periodística con Diario de Burgos ya había ganado el Premio Nadal (La sombra del ciprés es alargada, 1947) y publicado alguna de sus novelas esenciales (El camino, 1950 y Mi idolatrado hijo Sisí, 1953), aunque todavía no había despegado su meteórica carrera como novelista.
Los artículos publicados por Diario de Burgos abordaron asuntos muy variados, sin llegar a abandonar alguno de los temas que fueron su preocupación constante: Castilla y la despoblación del mundo rural. El deporte también fue tratado en sus artículos. Así, además de la caza y la pesca, escribió también sobre fútbol y ciclismo, otra de sus grandes pasiones. La literatura, especialmente la novela, era asunto que le gustaba analizar en sus escritos, al igual que la naturaleza y lo cotidiano. Los cinco años en los que los lectores burgaleses pudieron disfrutar del Delibes articulista son un reflejo exacto de todas esas obsesiones.
Desde su primer título, ‘Las horas en blanco’, hasta el último ‘Una historia común’, Miguel Delibes muestra en cada una de las contraportadas de Diario de Burgos un abanico que proyecta a la perfección su categoría como periodista y articulista con un estilo único e intransferible, y con una hondura moral entendiendo esa moral como un ejercicio de compromiso con los valores éticos, con la belleza y con el ser humano.
La exposición, comisariada por Rodrigo Pérez Barredo, periodista de Diario de Burgos, se estructura en torno a cinco ejes (‘El camino de Delibes’, ‘Delibes, el periodista’, ‘El refugio de Delibes’, ‘Cinema Delibes’ y ‘El paraíso de Delibes’), que reflejan la defensa a ultranza que el periodista y escritor hizo de la naturaleza, de la que se proclamó siempre defensor y amante, además de su trabajo como periodista, considerada “un factor esencial para su faceta como autor de novelas y ensayos’. El municipio burgalés de Sedano, considerado el ‘gran laboratorio creativo del periodista y novelista’, está también muy presente en esta exposición que se adentra en el rincón más personal y sagrado del escritor, en el ambiente recogido de su refugio.
La pasión por el cine del autor vallisoletano también encuentra su reflejo en este proyecto expositivo, que recuerda las adaptaciones que se hicieron de algunas de sus novelas más representativas como ‘Retrato de familia’, inspirada en ‘Mi idolatrado hijo Sisí, ‘El disputado voto del señor Cayo’ y ‘Las ratas’, dirigidas todas ellas por el burgalés Antonio Giménez-Rico. El propio Delibes se implicó en estas adaptaciones, colaborando en el guion. Tanto los respectivos rodajes como los respectivos estrenos encontraron siempre eco en el diario decano burgalés, de forma especial cuando su tierra de adopción se convirtió en escenario.
La muestra ofrece también un guiño a la naturaleza, que se traduce en la incorporación de una serie de retratos del escritor castellano en distintos momentos de su vida, que permiten descubrir en su mirada magnética al castellano sobrio y recio similar a los personajes que él mismo dibujó con su pluma como nadie.
Sedano, refugio y paraíso particular del escritor, también tiene su protagonismo en esta exposición conmemorativa. Fue en este pequeño municipio burgalés donde Delibes decidió construirse un refugio apenas visible desde la carretera que atraviesa el pueblo. Oculto entre los pinos y acunado por el rumor del agua que discurre saltarina por la ladera, ese espacio sobrio e íntimo –“observatorio insuperable de la Naturaleza”- fue el gran laboratorio creativo del periodista y novelista. Allí escribió muchos de los artículos, ensayos y novelas que hoy son historia de la Literatura con mayúscula. Se trata del rincón más personal y sagrado del escritor, en el ambiente recogido de su refugio, rodeado de libros y fotografías.
Esa relación sentimental con Sedano también tuvo cabida en las páginas de Diario de Burgos, eco de las estancias del periodista y novelista en el pueblo, portavoz tantas veces de la alegría que constituía cada verano la llegada de la familia Delibes, testigo igualmente del dolor inmenso que para los vecinos supuso la temprana desaparición de Ángeles, esposa del autor. Delibes escogió este pueblo por amor después de haberlo conocido porque en él veraneaba Ángeles, la señora de rojo sobre fondo gris. Años más tarde, el matrimonio construyó una casa, luego un refugio y más tarde adquirió una gran casona a la que su descendencia sigue acudiendo cada verano.